martes, 25 de agosto de 2009

Speaking out

Un día más, un simple día más, en el cual reina la monotonía de la rutina, se apodera de mis minutos, vence. Pero no se queda ahí, traspasa fuertes murallas, apareces tú, hundiéndome.

Es incalculable la distancia en la que uno se puede sumergir con tan sólo una frase de una persona a la cual apreciabas. El daño y la amargura con la que has teñido mis dos últimos días ha reinado sobre la simple monotonía de mi rutina. LLegaste, hablaste y venciste. Te coronaste con una simple frase en el frío messenger. La asolación y el sentimiento de que haya tirado el tiempo es lo único que me ha quedado tras tu paso.

Ha sido duro oír que quizá no merezca eso, sino que está en vuestras manos, que no depende de mí, que depende de lo que decidáis... Estoy harto de que la gente decida por mí, estoy realmente cansado de tener que ir con una coraza por la vida para que las flechas simplemente reboten, estoy frustrado de que en el único lugar dónde puedo ser yo mismo, se piense que quizá "no cumplo condiciones".

Ahora me hallo en un estado en el cual se cruzan mil caminos en mi vida, en el que llegas tú y borras del mapa cualquier posible solución. LLegas tú y arrasas más que Atila, llegas tú y me dejas en un desierto. ¿Qué hacer pues?

La confusión que me trae de cabeza cada vez se agranda, se juntan nuevas historias, se reescriben las antiguas y se perfilan las futuras, cada vez me falta más el tiempo, y cada vez me siento más agusto lejos, porque allí es dónde está todo lo que me hace sufrir, porque allí también está todo lo que me hace feliz, porque sé que cuando llegue allí todo no será igual, porque el cruel destino no se ha parado a pensar en lo que realmente necesito, sino en su propio placer para seguir jugando con los frágiles hilos de la vida, como antaño. La trenza que estás elaborando con mi vida no está quedando como yo quisiera, ni mucho menos, ¡solamente decides tú! Me pones a personas en mi camino, unas lo cruzan, otras lo bordean, otras me atraviesan, hay de todo: pluralidad, pero siempre peregrinos, risueños o dolorosos, egoístas o solidarios, renacientes o decadentes, pero peregrinos. Necesito que los hilos que componen mi trenza sean cada vez más fuertes, para que algún lejano día pueda salir a la calle con una sonrisa y con la coraza en la mano, sabiendo que tú, que hoy me estás haciendo daño, mañana me vas a ayudar.
Lo fácil sería borrarte de mi vida con típex indeleble para que no volvieras a aparecer nunca, pero los atajos no son lo mío. Ahora eres tú el que ha jugado con mi felicidad, y con tan poco cuidado, que sabiendo lo frágil que era, la has lanzado al vacío... pero, los rescoldos que quedan sé que van a durar, sé que no van a ser simples transeúntes en mi vida, sino que van a ser excelentes bordadores de mi trenza, y que se van a dejar las manos encalladas en conseguirlo. Aunque el destino esté de tu parte, querido caballero doloroso, no voy a ser yo el que te ponga el camino fácil como esta vez. He caído sí, y muy fácilmente, pero contigo las puertas a la estabilidad en mi vida se han cerrado.

1 comentario:

  1. pequeñin, q t ocurre? Cuando caes, lo unico q puedes hacer es levantarte. Y solo tu puedes hacerlo. Estoy aqui para ayudarte pero eres tu el que tienes el corazon daado y tu el que debe curarlo. TRANQUILO, NO ESTAS SOLO EN ESTO. Te quiero
    (tambien te quiere Cris que está aquí conmigo) asiq, seria mejor decir te queremos (y como nosotros, mucha gente mas porque... eres guaaay)

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