martes, 20 de octubre de 2009

¡Por los que aún están!

Tiemblo, tiemblo y ya no aguanto
es el rojizo dolor
que me está resquebrajando.

Un ungüento de color,
imagen de ti amando,
o ¿es tu dulce alma rezando?
es remedio que me está sanando
o me atenua este dolor.

Aún este dolor tan basto,
moralmente estás curando,
irradias paz y atento canto.
Gracias a tí, me estoy recuperando
Oh, mi gran amigo amado!

Aitor Fdez. Novo

lunes, 19 de octubre de 2009

Estabilidad


Querida, nuestra amistad,
aunque lejana por un tiempo,
forjose cuan viva tempestad
mas no acabó en un simple cuento.

Sino en cuento de lealtad,
en el cual seguro me siento,
pues no pregunto porqué a tu lado no tiemblo
ya que sigue lloviendo en ultramar
mas aquí no llega ni viento.

Con todo y sin nada,
esta historia aquí no acaba
pues no es el fin, sino el principio
de que todo lo que deseo: esté en su sitio.

Aitor Fdez. Novo



Cuelgo estas rimas que hice en Londres, y que ya sólo por eso denotan añoranza, porque un comentario que hizo alguien, en una entrada anterior, a quien aprecio, me llegó a lo hondo; yo escribía de amor, él me ofertó amor a los demás, yo pensaba en estabilidad, me propuso continuar así en mi camino, me ofreció seguir dándome a los demás.
Es inmensamente emocionante que seáis capaces de describirme como lo hacéis, ya que yo así no lo veo, pero las subidas de autoestima se venden caras por estos tiempos, pero también cierto director me dijo: "créeme que tú vales mucho, ¿ok? (solo hace falta que ahora tú te lo creas... ¿por qué no pruebas?)", quizá es que realmente haya algo que me hace especial e innecesario, alegre pero risueño, confiado pero sin confianza... ¿qué es lo que espero de mi vida? ¿por qué me sobreestima la gente? ¿por qué hay veces que "al mirar en ese espejo aún no hecho añicos y convertido en infinitos espejos" soy capaz de dibujar una sonrisa viéndome?
Sinceramente, no creo que merezca todo lo que tengo y todo lo que me dáis, pero no seré yo el que diga que no. Simplemente soy uno más, o quizá es lo que me gustaría.
Confusión diverge de estabilidad: ésta es una buena definición de mi vida.

sábado, 17 de octubre de 2009

Chin-chin

Brindaré, con mi copa vacía por poder cantarle a "ella" alguna vez esta canción. Pese a que mi porvenir aún no se diriga hacia ningún destino y deambule por todos los ciclos de la vida, estoy seguro de que te necesito, ahora, a mi lado; pero, ¿por qué aún no te has atrevido a cruzarte en mi camino?
Quiero ser todo por y para alguien, entregarme, ser más feliz; es muy ambicioso, lo sé, y cada vez que pienso en mí, soy exigente, pero quiero tener una "ella" por la que despertarme con una sonrisa y acostarme con un pensamiento.



Sentirme "your song" y ver el mundo desde otra perpectiva es lo que quiero, pero contigo, tan amada desconocida.

jueves, 15 de octubre de 2009

Y si tú caías, yo contigo.

Es tan preciso, cálido y frío, emocionante y desolador, acogedor y distante, es tan tuyo que llena. [Resp. "Escribir a medianoche"]


Cada vez que "te leo" me doy cuenta de a quién tengo a mi lado, una persona que pretende pasar desapercibida porque le da miedo que le conozcan y porque no confía en sí misma tanto como a mí me gustaría que lo hiciera, de un ejemplo de superación en muchos sentidos, de un alma acogedora en la sombra que no conoce el "no" por respuesta, de alguien que cuando profundizas notas que roza la perfección, de una persona que te llena, de un buscador de sonrisas.

sábado, 3 de octubre de 2009

Quiero cambiar


Quiero cambiar: sí, quiero poder tenerte en mi vida como alguien más, quiero poder verte y ya, quiero que no me quieras y quiero no haberte querido.
Me siento tan "engañado", aunque no es exactamente la palabra, es una mezcla de unas cuantas, pero confuso lo podría definir bien, engañado perfila un pequeño matiz y sobretodo estoy atónito de actitudes que me debería haber esperado, pero mi inocencia superaba a la realidad, y quizá todo fuera más normal y tú una persona más coherente con los actos del pasado. Me gustaría sentarme a hablar, pero ni para arreglar ni desarreglar, porque no hay nada que resolver, sino para intentar comprender.
En este mismo instante acaba de sonar el móvil, y no tengo ganas de hablar con nadie. Me siento débil, y quiero cambiarlo. Me parece todo tan surrealista... Me siento incomprendido, y necesito que alguien me entienda, que me aconseje, que se pare a hablar profundamente conmigo y con mi interior para saber cómo actuar y qué hacer. Estoy como en otra galaxia, lejano del mundo, acompañado de la más austera frialdad que me vence.
Ójala algún día llegue a descifrar el secreto de llegar a pensar más con la cabeza y menos con el corazón, ójala, ójala y ójala... ¡Tantos ójalas!
Me siento inútil.